El legado de Benigno Montoya. Miradas a su obra artística.
Jesús Montoya y su hijo Benigno
La familia Montoya salió de Trancoso, Zacatecas entre 1861 y 1865 en busca de nuevas oportunidades. El padrón poblacional de Durango de 1869 da cuenta de su presencia. En dicho documento se asienta a Jesús Montoya de 26 años de edad y de oficio albañil, así como, su esposa Hesiquia Muñoz de 24 años y sus hijos Teresa y Benigno de 14 y 8 años, respectivamente.

Retrato de Jesús Montoya
autoría de Benigno Montoya
óleo sobre tela
ca. 1900.

Retrato de Hesiquia Muñoz
autoría de Benigno Montoya
óleo sobre tela
ca. 1900.
Se sabe que Benigno tomó clases de dibujo a los 12 años de edad con Urbano González dentro del Instituto Juárez. Es casi seguro que Benigno haya conocido al pintor Atanasio Vargas, quien llegó a Durango en 1874, proveniente de la Academia de San Carlos, para impartir clases artísticas dentro de los institutos educativos. Seguramente, las clases que tomó Benigno en este instituto le ayudarían a proyectar mejor sus futuros trabajos. Recuérdese que en esta época fue cuando aprendió de su padre todo lo relacionado con los oficios de albañilería y talla en piedra. Lamentablemente, no se sabe mucho de la producción artística de Jesús Montoya, pero Pilar Alanís identificó el memorial de Matías Enrique y Petronila Navarrete de Enrique, realizado en 1874 y ubicado en el panteón de Durango.
Hacia 1877, Jesús Montoya y su familia se trasladaron a Mapimí para trabajar en la parroquia de Santiago Apóstol y en el panteón de ese lugar. En este último sitio, el joven Benigno realizó su primer monumento funerario. En 1883, Jesús Montoya trabajó en la parroquia de Nuestra Señora del Rayo, en Parral, Chihuahua. Al año siguiente se trasladó a Valle de Allende donde realizó el altar principal de la parroquia de San Bartolomé, pero, no logró terminarlo debido a que murió el 21 de mayo de 1887 a los 64 años de edad. Finalmente, Benigno terminó dicho altar en 1888.
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Panorámica de la ciudad de Durango, autor desconocido, ca. 1930. Colección Centro para la Investigación de las Artes Durango (CIAD)
El ascenso de Benigno Montoya
Benigno Montoya vivió una época de estabilidad política y económica entre 1880 y 1900 que le permitió expresar sus dotes artísticas en la arquitectura, la escultura y la pintura. Recuérdese que durante estos años estuvieron en boga en algunas regiones de Europa, y por ende en México, los estilos historicistas o revivals, de los cuales Montoya abrevó e incorporó a sus trabajos.
Entre los años de 1887 y 1914, Benigno Montoya dirigió algunas obras civiles en las haciendas de Lajas y la Goma; en 1902 labró los remates de las ventanas del segundo piso del Teatro Principal de la ciudad de Durango, así como, su portada lateral; en 1907 decoró la Quinta Gameros en Chihuahua; en 1910 esculpió cuatro figuras que simbolizaban las estaciones del año, así como, una más que representaba al comercio, las cuales se colocaron junto a la acequia Grande (actualmente paseo de las moreras); en 1914 esculpió la figura de la Justicia para la nueva Penitenciaria.
A pesar de que hay noticias que dan cuenta de más albañiles y canteros residentes en la ciudad de Durango, indudablemente, la apoteosis de Benigno Montoya se debe a la magnífica talla artística neogótica que dejó plasmada dentro y fuera de las edificaciones civiles y religiosas. Asimismo, su cercanía con los círculos eclesiásticos le valió para obtener un gran número de encargos. Por ejemplo, Montoya construyó y decoró el templo de Nuestra Señora de los Ángeles entre 1890 y 1897, auspiciado por Ángela Flores Flores, hija del terrateniente y gobernador Juan Nepomuceno Flores, así como, por María Josefa Salinas de Infazón, hermana del entonces arzobispo de Durango Vicente Salinas.

Arcángel Miguel,
Benigno Montoya
cúpula lateral de la catedral de Durango
1897
Posteriormente, entre 1892 y 1894 Montoya trabajó junto con Gregorio Díaz en la reconstrucción de la casa que había heredado el obispo Santiago Zubiría de su padre Francisco, la cual destinó para ser la residencia episcopal; en 1895 talló la portada lateral del templo de San Agustín, volviendo a éste en 1909 para construir el altar de la Virgen de los Dolores; en 1897 colocó los arcángeles de San Gabriel y San Miguel en las cúpulas laterales de la catedral de Durango; en 1898 concluyó la capilla del Seminario Conciliar Tridentino (actual templo de San Martín de Porres), dedicada a la Inmaculada Concepción, además de los altares del templo de San José; en 1900, Montoya levantó la torre del templo de Analco, junto a su hermano Matías Montoya y al año siguiente construyó la capilla de Nuestra Señora de Loreto dentro de este mismo templo.
Arte funerario
Al tiempo que Benigno Montoya trabajaba en la construcción y decoración de inmuebles civiles y religiosos, también se dedicó a realizar obra funeraria dentro de la Mansión del Reposo (panteón), sitio donde los biógrafos de Montoya le han atribuido más de 80 esculturas. En 1898, Montoya realizó su primer monumento funerario, en honor a Pedro del Río. Increíblemente, la única obra que firmó fue la que hizo para Refugio Sáenz Rodríguez, esposa del gobernador Gabriel Gavira, mejor conocida como Cuca Mía. El último monumento funerario que realizó fue el Descendimiento para Ángel Castillo en 1928.
Por otro lado, durante los primeros años del siglo XX Montoya realizó varias obras pictóricas, las cuales evidencian un buen manejo del pincel.
Montoya falleció el día 25 de diciembre de 1929 y fue sepultado en el panteón de oriente.



Créditos
Dr. Jorge Antonio Reyes Valdez
Director del Centro INAH Durango
Lic. José Antonio Ochoa Rodríguez
Presidente Municipal de Durango
Lic. Bonifacio Herrera
Secretario del Ayuntamiento de Durango
Lic. Giovanni Rosso Güereca
Director del Instituto Municipal para el Desarrollo Humano y Valores
Mtra. Virginia Ruiz Valles
Directora Municipal de Arte y Cultura
Dr. Germán Alejandro Vázquez
Director del Museo Regional “Ángel Rodríguez Solórzano” de la UJED
Dr. Adolfo Martínez Romero
Centro para la Investigación de las Artes Durango A.C.